18 noviembre, 2008


¿GARZONADA?

El juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, no deja indiferente a nadie. Algunos lo tachan de 'juez estrella' y otros de 'juez ejemplar'. ¿Quiénes están equivocados? Posiblemente ni unos ni otros.

Apenas unas semanas después de levantar su penúltima polémica, Garzón decide inhibirse de la causa que trataba de investigar desapariciones en la guerra civil y evita así abrir un proceso penal sobre los máximos mandatarios del franquismo, a los que se les hubiera podido acusar de genocidio. Al final la lógica se ha impuesto, ya que era prácticamente imposible - si no inútil- procesar a dichos dirigentes ya que la inmensa mayoria están en el más allá, y los que siguen rondan los 90 años y por tanto no cuentan para ir a la cárcel. No hay que olvidar que las responsabilidades penales no pueden heredarse. Ahora bien, que sea lógico 'jurídicamente' no quiere decir que sea correcto 'moralmente'.

Nadie sabe por qué Baltasar Garzón no se inhibió desde el primer momento de la causa sabiendo que éste sería el único fin posible. Los que sostengan que su señoría sólo busca fama, pensarán que no ha sido más que otro capítulo aberrante en la trayectoria de un juez que únicamente quiere fama y prestigio personal; en cambio, los que creen que el juez de la Audiencia Nacional trabaja por y para los ciudadanos aún sabiendo las críticas que algunos casos pueden depararle, calificarán sus actos como valientes y ejemplares. Y tal vez ambos tengan su parte de razón.

No me cabe duda que Baltasar Garzón es un profesional peculiar por los casos que ha llevado a lo largo de su trayectoria. El caso Pinochet, la Operación Cóndor, Silvio Berlusconi o Jesús Gil, el terrorismo de Estado durante los años de Barrionuevo o las acciones contra el entorno de ETA... entre otras muchas, han sido sus investigaciones y sus acciones judiciales como juez de la Audiencia Nacional. Y que, dada la total trascendencia de los casos que ha llevado sus acciones siempre sean miradas con lupa. Además de levantar mucho recelo entre numerosos profesionales de la justicia, y debido a las relaciones políticas que tienen los casos que ha tenido en su despacho, también es cuestionado continuamente por parte de algunos medios de comunicación. Por todo ello, Garzón sabe que lo que hace no pasará desapercibido. Él sabe la importancia que tiene dentro del poder judicial español. Pero, ¿eso es malo?.

Durante mucho tiempo nos han vendido que sí, que los llamados 'jueces estrella' lejos de beneficiar los procesos jurídicos perjudican a los mismos por el entorno y la atmósfera que se crea. Un juez no es un cargo cualquiera, es una autoridad. Y como tal, sus condiciones también deberían ser peculiares. La valentía, la osadía y la rigurosidad son fundamentales en la labor de la judicatura y Baltasar Garzón reúne cada una de ellas.

Como decía, Garzón sabía desde el primer momento que debía inhibirse de la causa del franquismo por la imposibilidad de juzgar penalmente a los autores de tanta muerte y barbarie. Pero sin embargo él decidió, sabiendo también las críticas que recibiría, estudiar el caso detenidamente. ¿Por qué? Estoy convencido de que en parte él sabía que su talla de juez y su reputación personal no podían ser ajenos a algo tan nacional como la guerra civil y el posterior franquismo, y sabía que sería portada en todos los periódicos. Como así fue. Ahora, también pienso que a él le hubiera gustado juzgar a los responsables penales del franquismo y que, por eso, no decidió decir "no" rápidamente sino que quiso crear debate. Él no quiere que la ley de memoria histórica sea una mera declaración de intereses y que, aunque no sea penalmente, se juzgue el capítulo de la guerra civil y del franquismo como cree que se merece.

Si el juez Garzón hubiera dicho "no" en el primer momento, no se hubiera extendido por los hogares a la hora del telediario la idea de que hay miles de muertos cuyas familias no pueden llorar en paz; si hubiera dicho "no" en el primer momento, no se hubiera discutido en los bares a la hora del vermut que lo que aquí ocurrió en España fue una guerra civil y una posterior pos guerra que no conviene ovlidar. No por rencor y como revancha, todo lo contrario. No debe olvidarse para saber qué puede pasar cualquier día si no respetamos a los que no piensan como nosotros; ése, no sé si según Garzón pero sí según lo que pienso, es el mejor homenaje que podemos hacer a todos los que desgraciadamente derramaron su sangre por toda España.

Y puede que crear ese debate y contribuir a que poco a poco en este país se pueda hablar del pasado sin discutir, hubiera sido el fin último del juez Baltasar Garzón. Quíen lo sabe: él ha salido en la portada de los periódicos pero también ha creado el debate. Por eso decía lo de que puede que unos y otros tengan razón.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Pollo, Garzon como juez es la leche, pero esta vez la ha cagado. Memoria historica? alguien pidio eso despues de la 2 Republica pq pasó lo mismo...
Es indefendible.

Anónimo dijo...

En mi opinión la ley de memoria histórica es más delicada de lo que parece y aquí, con ella, se ha demostrado la inmadurez que tenemos todos los españoles con determinados temas. La culpa no es nuestra sino de los 40 años grises que tocó vivir por el delirio de un dictador. Tal vez ha pasado poco tiempo desde entonces y todavía enfocamos ciertos asuntos con más borrosidad que claridad. ¿Qué le hubiera recomendado al presidente? - que los esfuerzos dedicados a esta ley (que nadie conoce, hay que decirlo) los hubiera destinado a presumir de lo que más se puede orgullecer España en el último siglo: la Transición. Es decir, cualquier debate sobre vencedores y vencidos, cualquier discusión ideológica... se termina en la Transición. ¿Por qué? Porque en aquél momento, con grandes esfuerzos de unos y de otros, decidimos enterrar los últimos 40 años de nuestra historia. Es cierto y hay que reconocer que muchos no saben dónde se 'enterró' y tienen derecho a ello, y no seré yo quien se lo niegue. Pero la Transición decidió mirar hacia delante por el bien de todos y yo estoy plenamente de acuerdo con ése espíritu. Sin olvidar, lo he dicho, para no repetir errores; pero sin rencor, precisamente para lo mismo.

Ahora, sí te digo que después de la II República lo único que hubo fue una sublevación militar a un gobierno democrático. No hay más, y quien diga lo contrario está manipulando la historia. Si el golpe de Estado lo hubiera dado la izquierda republicana, habría que decirlo también. Pero no fue así. Ese golpe fue el más duro que jamás hemos recibido: una guerra entre hermanos y derramamiento de sangre propia. Cada gota que inundó España, es de todos. Fue un capítulo horrible. Y después de la guerra vino el enañamiento de los vencedores con los vencidos.

Esto, pollo, no lo digo ni pienso yo: es historia. Y si no debieramos olvidar estos acontecimientos (insisto: no con rencor sino para evitar tropezar de nuevo)tampoco deberíamos olvidar lo que ocurrió a partir del 75: la Transición; y aquéllo puso fin a lo anterior. Aquéllo fue el punto y final. Por tanto, para mí, siguiente párrafo.

Álvaro Dorian Gray dijo...

¿Por qué resulta tan difícil condenar el franquismo y ayudar a las víctimas a recuperar sus cuerpos y no nos resulta difícil, incluso los mismos que protestan lloran, cuando ven películas como El Pianista o El niño del pijama..?
EN fin, llevas razón Carlos en la constestación que has dado, sobre Garzón nadie sabe por donde, en este caso, va. Unos dicen que así la causa no se para, otros dicen que ha sido meteura de pata. El tiempo lo dirá.
Saludos y salud

Anónimo dijo...

Amigo Álvaro:
De todo esto hay una cosa muy clara: el franquismo está condenado por la historia; eso es indiscutible. Y precisamente por éso, por la cantidad de cadáveres que hay en uno y otro bando, resulta absolutamente imposible buscar a todos los muertos y desaparecidos. Es material y económicamente imposible. Investigaciones, autopsias... No es que moralmente no lo merezcan (unos y otros) porque nadie puede saber porque alguien en su día apretó el gatillo. Influyeron tantas cosas, tantas, tantas de las que no podemos ni sospechar. Ninguna bala es justificada, NINGUNA. Pero tenemos que ser realistas y decir: condenamos el franquismo (y cualquier dictadura de izquierdas, de derechas o ambidiestras); y presumir de la Transición, que fue una reconciliación inédita como la que no hubo en la I Guerra Mundial, ni en la II Guerra Mundial... ni en ningún conflicto. Y a partir de ahí, desde ése punto: mirar para adelante que bastantes retos tenemos hoy en día como para estar mirando en un pasado plagado de tinieblas densas de las que podemos quedar atrapados.
Gracias por tus comentarios Álvaro...

Anónimo dijo...

Jo! está la cosa chunga. Sinceramente, creo que la transición, como señalas Carlos, es un momento de la historia muy importante y se decidió que se mirase hacia adelnate. El problema es que, por lo menos segun mi punto de vista, hay varios peros en ese momento. Se cedió para cerrar las heridas, pero estas no siempre curan bien si quedo algo dentro de ellas. Es decir, comprendo que aquel que no sabe donde tiene un familiar (y puede ser de un lado o del otro)quiera saberlo y su herida esté abierta. Del mismo modo, por jemplo, han quedado algunos "privilegios" hacia determinadas organizaciones, instituciones, ... ligadas a la dictadura.

Sin embargo, no se muy bien como podemos entre todos los españoles afrontar este hecho. Dejar pasar el tiempo tampoco creo que sea la solución, pero actuar "muy rápido" tampoco sería beneficioso. Además, cada vez que sale el tema, unos dicen que es historia y hay que olvidarla y otros que esa historia les toca de cerca y hay que tratarla y reconocerla. Y así estaremos durante mucho tiempo mientras, siento tener que decir esto aunque no comparta ideología, el PP y otros de extrema derecha no firmen ese documento del parlamento que denotaba el franquismo como dictadura y el sublevamiento un golpe de estado. Cuando eso suceda, todos nos podremos sentir orgullosos de lo que estamos creando. Podremos, todos, sentirnos por fín participes de lo que hacemos y afrontaremos esos temas de la historia de un modo mejor.

Saludos,

Alberto
(Garci)

Anónimo dijo...

Mi buen amigo Garci, creo, ha dado en la tecla. A todo aquél que piense que nuestras generaciones no han vivido aquéllo, y que por tanto no podemos opinar, deberían prestar atención. Aquellas heridas que ayer se cerraron hoy, en forma de cicatriz, siguen doliendo. Por tanto de alguna manera aquéllo sigue hoy vivo y, por tanto, el proceso nos afecta de lleno. En otro tiempo y en otras circunstancias pero LO ESTAMOS VIVIENDO. Con la sana diferencia de que nuestra misión no es ganar ninguna guerra ni defender terrenos perdidos; nuestra obligación (que se torna derecho) es aportar los saberes que vamos adquiriendo y aprovecharnos de la sociedad libre que gozamos para poner fin a aquélla guerra A NUESTRA MANERA. Sin rifles, sin bombas. Y entonces, cuando lo hayamos conseguido poder presumir de que nosotros participamos en la batalla más bonita de aquélla guerra: la que puso el punto y final a tanta sangre, a tanto odio y a tanto rencor. Ésa es nuestra misión.

Por supuesto que entiendo que las familias que no hayan podido enterrar en paz a sus muertos estén nerviosas. Y no sé si es demasiado fácil y gratuito lo que voy a decir, pero me gustaría que fuese real: los muertos que cayeron a manos de la guerra no pueden volver, y estoy seguro que (desde donde quieran que estén) si aceptamos las disculpas y miramos para adelante para que nunca más vuelva a suceder, se considerarán (como yo los considero) auténticos heróes.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo contigo Carlos en casi todos tus argumentos, pero lo cierto es que es un tema complicado y que estoy segura no se solucionará satisfactoriamente para todos..
La ley de la memoria histórica era un deber del Estado, ni más ni menos, pero tembién en todo punto insuficiente y digamos que un poco "ingenua": fué noble el propósito del Gobierno, y aunque podía haber hecho mucho más, reconozcamos que algo es algo..pero quizá el Gobierno fue algo pueril si pensó que era una ley que no necesitaba de medidas coactivas en orden a su cumplimiento. Me estoy refieriendo al hecho de que no cuente con ninguna sanción en caso de incumplimiento, de manera que a día de hoy, un gran número de Ayuntamientos, por ejemplo, no han retirado de sus calles placas homenajeando a ciertos "señores", por llamarlos de alguna manera. Acaso pensó el Gobierno que todo el mundo estría dispuesto a observar la legalidad y acatar la norma?De qué nos sirve una ley que a la hora de la verdad deja impunes a quienes no la cumplen?
Quizá por eso Garzón admitió a trámite la causa y no por hacerse una foto, pensemos bien; quizá el propósito fue darle relevancia a una realidad de muchas familias que estaba en el olvido..quizá..pero los jueces deben ser prudentes en sus actuaciones y no deben olvidar la responsabilidad que tienen. Por supuesto que él sabía que no podía acabar el proceso sino con un auto de inhibición, y resulta incluso gracioso que haya necesitado tantos días para comprobar que Franco ha muerto. Puede que el propósito fuera bueno, pero el fin no siempre justifica los medios, y ha puesto en evidencia, una vez más, las grandes tensiones políticas que existen dentro del propio Poder Judicial..
"El juez que sienta miedo que cuelgue la toga" dijo Garzón en un famoso libro, pero a veces la osadía en exceso es un obstáculo para la justicia tan insalvable o más que el propio miedo.
Esperemos que a partir de ahora los tribunales que han de conocer las causas sean prudentes pero eficaces, y cumplan con el deber legal y moral que la sociedad tiene para quienes aún permanecen en fosas y cunetas..FALTARÍA MÁS.

Carlos Felipe dijo...

Subrayo cada palabra tuya, Lourdes, y te agradezco que visites el blog. A ver si te enganchas porque estoy seguro que podrías aportar un punto de vista interesante a las opiniones que se están dejando en este Cajón sin Fondo. De verdad te lo digo.

En mi opinión las leyes deben imponer sanciones porque el carácter de la legalidad es, o debería ser, coercitivo. Un Estado de derecho ha de regular las cosas a través de sanciones sin llegar a ningún extremo. En un país de 45 millones de personas no funcionan las cosas voluntarias. Imagínate: no puedes conducir borracho por las consecuencias dramáticas que pueden ocasionarse; pero si en un control das positivo no pasa nada. Eso es, con grandes diferencias, lo que ha pasado con esta Memoria Histórica, que insisto, tenemos que ponerla en marcha nosotros: tú, él, ella, yo... Porque es nuestro cometido.

Si me gustaría hacer una breve salvedad a tu comentario. La ley de memoria histórica obliga a retirar símbolos franquistas: ¿en eso consiste los esfuerzos para reparar el daño a las víctimas? Me parece bien, y la aplaudo, porque no me gustaría merender en la Plaza Franciso Franco, solo faltaba. Pero tampoco me gustaría merendar en la avenida de algunos reyes que también están inmortalizados, porque en otras épocas los reyes no eran personas con cargos simbólicos que debían ofrecer cierta estabilidad al país, sino que eran auténticos 'mandamás' que trataban a los ciudadanos como meros súbditos a su servicio; no hay mucha diferencia entre éstos conquistadores con respecto a Franco, ambos decían estar en el poder por gracia divina. ¿Las retiramos también? Felipe V introdujo la Ley Sálica (que hoy sigue, 3 siglos después, vigente); Alfonso XII y sus ambigüedades... hay una lista innumerables de personajes que no me definen pero que sí representan la historia de un país como el nuestro; podrá ser buena o podrá ser mal, en cualquier caso es la que es y no podemos cambiarla, pero tampoco deberíamos olvidarla.

Y a todo esto hay un lugar llamado Valle de los Caídos, bendecido por el Papa (que nadie lo olvide) que fue construido con humillación y sufrimiento de los que perdieron y que, el mismo Franco afirmó que representaba a unos y a otros. No es cierto. Pero insisto, allí hay gente que invoca a Dios con Franco y Primo Rivera de cuerpos presentes, al lado de miles de muertos apilados como animales sin más nombre que el bando que defendieron. ¿Esto es normal? A veces sigo pensando que nos tratan como a analfabetos y nos manipulan como tales. ¿Es lógico que venga un Obispo o un Papa a bendecir este 'sagrado' lugar?
Son cosas que no entiendo... y no entenderé.