20 agosto, 2008

DRAMA EN BARAJAS, DUELO EN ESPAÑA

No tenía pensado reaunudar el blog hasta bien entrado el mes de octubre, que es cuando dejo de trabajar y empieza el nuevo curso. Ahora no toca estar pendiente de las actualizaciones del blog, estoy renovando las ganas y las ilusiones. Pero hoy, hoy es un día especial.

El accidente del avión de Spanair, en Barajas, nos ha calcinado a todos. Ya son más de 150 las personas que se han ido, que nos han dejado. Y todo ha ocurrido en pocos segundos. Hablando en voz alta he pensado cuántos sueños iban sentados en el aparato con el cinturón de seguridad abrochados; cuántos problemas cotidianos. De entre las víctimas muchos habrían comprado lotería para el bote de la primitiva del domingo; quizá otros estuvieran enfadados con algún amigo del lugar de destino y habían decidido dar un paso para la reconciliación, al aterrizar; tal vez muchos otros tenían alguna habitación de hotel reservada para dar rienda suelta a sus pasiones con su pareja. En definitiva, en ese avión había vida, había sentimientos, había cosas que nosotros mañana, en principio, tendremos y no valoraremos. A ellos se les ha ido todo eso en décimas de segundo.

Los pasajeros del avión McDonnell Douglas MD-82 siempre pensaron que estas tragedias les suceden a otros, que ellos disfrutarían mañana de un buen desayuno, como siempre, de un buen paseo, como siempre... y de una vida normal, como siempre. Pero todo se acabó, en décimas de segundo. Los sueños se apagaron, los ojos se cerraron. Y hoy, esta noche, mis sueños también se apagan y mis ojos también se cierran. Desconozco por qué, pero este accidente trágico sé que nos ha afectado a todos, porque es un drama del que nadie está a salvo y del que nadie puede ser ajeno. Mañana todo se nos puede ir al garete. En ti y en mí está aprovechar hoy como si no hubiera mañana, porque tenemos la mala costumbre de no valorar el beso de tu madre, la carantoña de tu pareja o la llamada de tu amigo. Cambiemos los hábitos, mejoraremos nuestra salud.

Desde aquí, aunque no me lean, mi más sincero homenaje a las más de 150 víctimas mortales de un accidente canalla que nunca debió de producirse. También a los heridos, ojalá y se salven todos aunque ya empieza el goteo de personas que no están sobreviviendo. Y sobre todo, a esos familiares que han quedados viudos, huérfanos, vacíos... hoy, yo al menos, también estoy viudo, huérfano y vacío, muy vacío. Descansen en paz.

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