"MEDALLA DE PALO PARA LOS OLÍMPICOS"

Decepción absoluta con la delegación española desplegada en los Juegos Olímpicos de Pekín, atletas y políticos incluídos. Un cero para todos, por muchas medallas de oro que hayan conseguido, un cero, por mucho debut de Del Bosque. Ellos siempre han estado a la altura en los últimos años; nos han hecho vibrar en muchas competiciones pero hoy, siento algo de vergüenza por ellos. Lo digo sin complejos, sin temores, porque hoy es la primera vez que los nuestros, los del "podemos" y los de "ganaremos" no han estado a la altura de los acontecimientos.

Somos un país democráctico desde 1978, cuando echamos el cierra a épocas grises y furgones blindados; y uno de nuestros valores más preciados, en el que se sustentan muchos derechos fundamentales, es la libertad de expresión. El Comité Internacional Olímpico, la organización de los Juegos Olímpicos de China... y en definitiva cualquier cargo implicado en esta farsa y en esta sinrazón no ha representado a nosotros, los ciudadanos, que estamos por encima de Pekín, por encima de los políticos y por encima de todo y de todos.

Nos han prohibido bajar la bandera española en la villa olímpica, nos han prohibido lucir un brazalete negro en señal de duelo... nos han callado; y ellos lo han permitido y los políticos de España no lo han impedido. Cuando ocurren hechos serios que afectan al país, al Gobierno no le tiembla el pulso para retirar, incluso, a cualquier embajador español que se encuentre en un lugar donde creemos que no debería estar porque ese país no es acorde con nuestros valores, con nuestros principios. Hoy, ante la magnitud de los hechos, y ante la negativa a lucir una señal de duelo, el Gobierno o a quien le corresponda, debería haber tomado, inmediatamente, la decisión de retirar de allí a nuestros deportistas, porque les están tratando como lo que no son: seres sumisos a órdenes alejadas de la lógica. Es más, ya que ningún cargo ha tomado esa decisión, los propios deportistas tendrían que haber hecho las maletas y rechazar unas medallas manchadas de autoritarismo y plagadas de silencio, como norma general; y si no, al menos haberse pintado ese brazalete o esa señal de duelo porque nadie puede prohibir eso. Algunos llevan tatuajes, por qué no pintarse algo que representara la unidad de los deportistas para sentirse al lado de nosotros, de los españoles. Luego que no se les llene la boca con aquello de: "YO SOY, ESPAÑOL, ESPAÑOL, ESPAÑOL" como se cantaba tras la Eurocopa. Hoy no lo son, porque los españoles somos solidarios, somos libres y somos eso, españoles. Ellos ahora no son más que prisioneros a los que se les ha callado, y que han permitido ser callados.

Hoy no me siento parte vuestra, o mejor dicho, hoy vosotros no os habéis sentido parte nuestra. Espero que vosotros, los deportistas más laureados de nuestro país, os plantéeis muchas cosas en el viaje de vuelta.