28 julio, 2008


Una mujer, un conductor y un policía echan a un negro de un autobus

Manchas. Existen manchas que no se van ni con el mejor detergente del mundo porque durante muchos años se han grabado en nuestra piel a fuego lento. El tiempo es el único que puede borrarlas y, visto lo visto y vivido lo vivido, creo que dista mucho de conseguirlo. Al menos por ahora.
Ayer una línea de autobús, La Manga-Murcia, se cubrió de mezquindad. A la salida del Mar Menor el coche iba casi completo, quedaba una única plaza. El chófer detuvo el vehículo en una de las últimas paradas antes de coger la autovía, y en él se subió una persona de no más de 20 años. Bien vestido, bien arreglado; pero al parecer tenía un defecto: ser negro.

El muchacho subió, pagó su billete y se acomodó junto a su mochila marrón. El autobús se completó. Pero irrumpió una mujer de unos 40 años, también bien arreglada y por su acento nacida en los alrededores de Murcia. Se quejó al conductor de que no había más plazas y necesitaba con urgencia un sitio. "Tengo que ir al Hospital porque tengo a un familiar muriendo", se quejó. Al comprobar la rigidez del chófer fue cuando la tormenta se desató: "es que el chico ése se me ha colado", dijo señalando al joven de color. El conductor no quiso saber nada: "arréglatelas con él porque yo me tengo que ir. No puedo vender más billetes que plazas tengo en el bus", alegó.

La mujer, nerviosa por la situación, no se cortó. Recorrió unos metros dentro del bus y llegó hasta él y le acusó directamente: "tú te me has colado y eso no se hace". El joven dijo que no, que él estaba antes que ella y que él no se había colado. Así que la mujer, acuciada por lo del familiar o por otras cosas, no se cortó:"¿Tienes papeles? ¿Eres legal? Mira, voy a llamar a la policía..." y enseñándole su móvil le enseñó cómo marcaba el 112. El chico respondió, con mucha tranquilidad: "sí, tengo papeles".

No es justo. ¿Qué hubiera pasado si el joven hubiera sido blanco? ¿Le hubiera preguntado si tenía papeles? ¿Quién era ella para amenazar a alguien de esa manera tan cobarde? No pongo en duda que la mujer tuviera que ir al Hospital, que habría que comprobarlo; no cuestiono que el joven se colara, que habría que comprobarlo; pero tampoco pongo en duda que éste hombre de color tuviera la razón, que habría que comprobarlo. La única certeza es que la mujer tuvo una actitud racista, miserable, injusta. Porque si ella tenía esa necesidad, que pidiera por favor subir al autobús. Y si el hombre se coló, que lo probara con un poco de civismo. Pero lo que hizo no estuvo bien. Hubiera sido tan mezquino como si alguien le hubiera preguntado a ella: tú estás aquí porque ya has fregado los platos ¿verdad?. Ella se hubiera quejado y hubiera acusado de machista a quien lo pronunciara. Yo, que estuve a un metro escaso de los hechos, tacho a ella de racista, con todas las letras.

¿Saben qué pasó? Que el conductor, escoltado por un policía municipal, levantó al negro de su asiento, le cogió el billete que unos minutos antes le había vendido, y le devolvió el importe. Lo bajó del autobús sin más, sin comprobar lo que había sucedido.

Al final siempre pierden los mismos... hay manchas que no terminan de irse nunca, por desgracia.

3 comentarios:

Álvaro Dorian Gray dijo...

Es increible lo que cuentas y en el año en el que lo cuentas...
Saludos y salud

merche dijo...

Seria imcreible si no fuese porque lo cierto es que este tipo de escenas es más frecuente de lo que pensamos y de lo que seria deseable, sirva de ejemplo:Metro de Madrid a las 6 horas de la mañana una mujer de unos 60 años levanta literalmente de su asiento a una jovencisima embarazada "panchita" como la llamo aludiendo que era mayor y tenia que tener un respeto hacia ella, la muchacha se levanto no sin la ayuda de la "señora en cuestión".Me revelo ante estos hechos y me veo envuelta en estas historias siempre que pasan ¿Es lo único que se puede hacer?
Salud compañero ( y un besito también)

Dcamps dijo...

Es muy dura la realidad. A veces me gustaría cerrar los ojos y taparme los oídos, pero es tan evidente el malestar global que no podemos echarnos a un lado. Sigue con tu lucha. Saludos