Lluvia de sequía

Desgraciadamente la lluvia es noticia. El mundo está loco. Recuerdo a mi madre, hace algunos años, que cuando llovía corría hacia las persianas y hacia las ventanas para cerrarlas.

Esta tarde fue al contrario. El olor a tierra mojada y el ruido de la lluvia me impidieron cerrar la ventana. Hacía demasiado que en Madrid no veiamos llover. Estábamos todos un poco secos.

La radio lo avecinó esta misma mañana. Existía, según fuentes oficiales, un 100% de posibilidades de lluvía en la capital. Acertaron.

Los que no estuvieron muy finos son otros. No hay que ser experto en la materia para sospechar que va a llover. El color de las nubes y el ambiente húmedo hacían presagiar lluvia. Los pronósticos eran claros. Pero no, ha habido gente que esta tarde se ha dedicado a regar sus jardines.

Seguramente, estos que riegan jardines con la tarde nublada tratarán de darnos lecciones sobre el cambio climático y lo poco que contribuimos el resto a solucionarlo. ¿Se puede ser tan inútil?

En fin, estamos de enhorabuena porque llovió. Más nos vale que sigan abriéndose las ventanas porque este verano se espera peligroso. Especialmente peligroso. Ya no por las retenciones o los cortes, sino por todo lo que supondría una primavera y un verano tan seco. Los bosques arderán y la naturaleza recibirá un nuevo golpe del ser humano. Nos lo devolverá algún día.