11 noviembre, 2007

La memoria histórica


Mi pequeño almanaque de mesa no acostumbra a mentirme, y aunque lo hiciera, no me queda más remedio que fiarme de él... Hoy marca 23 de Febrero, "23-F" que dicen todos los diarios del quiosco...

Lo que pasó en aquella fecha, hoy XXV aniversario, no voy a relatarlo. Es de todos sabido, aunque me consta que por parte de algunos "mal aprendido". No seré yo quien dé aquí una conferencia al respecto. El que quiera saber que lea, que los libros revelan muchos secretos...

Pero si ustedes me lo permiten sí voy a reflexionar sobre el pasado que azota el presente, y sobre el presente que "otros" quieren usar para amedrentar el futuro...
Existen gentes de izquierda y de derecha, altos y bajos, con bigote y sin él... que no tienen muy claro qué ocurrió en nuestro país durante mucho tiempo... Están empeñados en repetir errores, en no aprender de ellos. No sé si es por que se les ha olvidado los litros de sangre que España derramó por culpa de unos y de otros; la pobreza y la miseria que se repartieron en uno y otro bando; la rabia que se acumuló en cada uno de los españoles que sobrevivieron apenas como pudieron... o quizá porque fueron ellos los responsables de esa sangre, de esa pobreza, de esa miseria, de esa rabia... insisto, de uno y otro bando...

Se están reviviendo fantasmas del pasado que empiezan a revolotear sobre nosotros, una generación que nada tuvo que ver con la República de 1931, con la guerra del 36, con la Transición del 78... Y no escribo estas líneas porque esos fantasmas logren asustarme, en absoluto. No me arrincona la hipocresía, no me atemoriza la incultura ni la falta de inteligencia. La Universidad, los libros... me ha vacunado contra eso... Les repito que no me asustan, pero sí empiezan a molestarme, sobremanera por cierto. Basta ya de prejuicios y de enfrentamiento. Qué más da que uno vote a uno o a otro partido. Que la diversidad esté presente toda la vida por favor. No podemos ser todos iguales. Qué locura.

No podemos ver los noticiarios, ver que en Oriente Próximo (más lejano que nunca) no dejan de matarse unos a otros continuamente y decir aquello de: "...cuándo van a evolucionar..."; y luego ser nosotros los que en nuestro "primer mundo" ser igual de intolerantes con otros que piensan diferente a nosotros... Nadie tiene una verdad absoluta. Nadie. Siempre existe un lugar de encuentro... Busquémoslo...

Pero comencemos a manejar nuestras vidas, que somos una nueva generación que no está infectada por la metralla de las balas ni por la rabia de la humillación que otros sí sufrieron. Son ellos quienes están interesados en revivir el pasado para vengarse de él. Pero este ya no es su turno, lo dejaron escapar. Ahora es el nuestro. Es la hora de imponer el entendimiento, de promover la libertad. Y la única forma para ello es a través de la palabra, con el diálogo y el respeto como trincheras... Callemos a los que no quieren jugar con estas normas, o callemos a aquellos que no son más que la prolongación de otras generaciones que no saben que cualquier presente siempre fue mejor...

Esta no es una misión de otros. Es una misión nuestra, de cada uno. Empieza esta nueva revolución en el comedor de tu casa cuando veas las noticias; empieza esta nueva revolución en el café con tus amigos... Actúa. En nuestro juego no hay vencedores ni vencidos...

Y ante todo, no seamos peces olvidadizos de lo que sucedió... Seamos consecuentes...

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