16 febrero, 2011

Berlusconi y la vergüenza nacional

Celebro pero critico que Il Cavaliere pase por caja y se siente ante los tribunales. No, claro que me parece repugnante que el Primer Ministro de la República de Italia -y cualquier hombre- se acueste con una prostituta de 17 años; pero seamos sinceros, con nosotros mismos, y rechacemos la hipocresía.

¿Te parece mal que Berlusconi se acueste con una menor o te parece mal que Berlusconi se acueste con una prostituta? Cierto es que te parecerán mal las dos cosas pero no menos cierto es que lo que clama al cielo mediático es que haya mantenido -presuntamente- relaciones sexuales con una chica de 17 años. La prostitución es lo de menos, oiga, aquí lo indignante es que "haya sido con una menor". Entendería la furia y la indignación -portada hoy de todos los periódicos españoles- si este impresentable se lleva a la cama a mujeres de 13 años. No, lo ha hecho -presuntamente- con una 'niña' que en pocos meses será una 'adulta'.

El caso es que después de las infinitas fechorías que este machista, maleante y sucio político de la Edad Media se le va a poner cerco por acostarse con una niña de 17 años. Sí, ya sé que por muchas más cosas, pero es portada por esta principalmente.

No importa haber 'manipulado' las elecciones; no importa que un Primer Ministro posea los grupos mediáticos más poderosos del país; no importa que se ría de su pueblo y del resto del mundo. No; lo que sí importa es haber pagado a una persona de 17 años por dios sepa qué. Eso es lo que va a poner en jaque a un político que ha llevado a Italia a la situación más cómica de su historia, lo cual no añade sino más comedia a las instituciones nacionales e internacionales.

Si escogiéramos al azar 20 personas cuyas edades estuvieran comprendidas entre 17 años y 18 años, seguramente nadie acertaría el cien por cien de las edades respectivas. La naturaleza es así. Y que nadie olvide, vaya por delante, que la mayoría de edad la establecen políticos y los parlamentos, y lo que ayer eran 21 hoy son 18 pero mañana pueden ser 16.

Por tanto, y para resumir, la fechoría mayor es la de la prostitución. No que exista ni que un Primer Ministro haga uso de la misma, sino que los que tienen que regularla miren hacia otro lado y esquiven el tema como cobardes. Il Cavaliere debió sentarse hace mucho tiempo delante de los tribunales, pero no acusado de lo que se le acusa mediáticamente sino por todo lo que se le acusa jurídicamente (tráfico de influencias y abuso de poder). La prostitución no debería ser juzgada sino regulada.

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