11 octubre, 2008

GALLARDÓN QUIERE UN PRÍNCIPE DE ASTURIAS

El alcalde de Madrid quiere demostrar que trabaja para su ciudad precisamente impidiendo que otros trabajen también. Curiosa manera de defender los derechos e intereses de los madrileños, que son los que pagan su nómina mensual nada despreciable que yo, considero 'indigna'.
Una vez taladrada la M-30 en particular y soterrado Madrid en general, su alcalde, Alberto Ruíz Gallardón, ha decidido hundirse un poco más. Esta vez el charco se llama 'dignidad' y ha prohibido los llamados 'hombre-anuncio', es decir, el típico anuncio de Compro Oro que se puede ver en la calle Preciados o en cualquier punto de las grandes ciudades. Gallardón, en defensa propia, alude que no sólo lo hace por la estética de la ciudad sino por preservar y garantizar la dignidad de las personas. Tal vez, como fracasó en su carrera electoral hacia el denostado despacho de la calle Génova ha decidido volcar su trabajo en pro de algún Premio Príncipe de Asturias o, incluso, en algún otro reconocimiento relacionado con los derechos humanos. Después del Ché, Teresa de Calcuta o Nelson Mandela hacía falta un Alberto Ruíz Gallardón en la historia universal.
Sucede que el charco en el que se ha metido es profundo porque, respondiendo a una pregunta, uno de los 'hombre-anuncio' de la mencionada calle Serrano contestó al alcalde "...¿indigno?- yo cobro cerca de 1.000 euros...". No sé qué tiene que ver la indignidad con las personas que ejercen estos trabajos libre y remunedaramente. Tal vez lo indigno y lo que atenta verdaderamente a los derechos humanos es la propia prohibición a trabajar y a ganarse el pan nuestro de cada día. Eso, en mi pueblo, lo llaman tiranía. ¿Qué imagen quiere dar al mundo? Por mucho que lo pienso no termino de comprender por qué estos anuncios pero sin embargo los chirimbolos grandes e inútiles con los que también se anuncian productos, y que él mismo autorizó, han surgido como una plaga y están levantando las críticas de los madrileños porque verdaderamente asustan. Éso si es un atentado contra la estética; lo otro son personas trabajando.
Te pones a pensar y se te ocurren trabajos mucho más 'indignos' a los que no sé si Gallardón meterá mano. Las bocas de metro están llenas de 'hombres-repartidores-anuncios' puestos a definirlos. Se pasan 8 horas aguantando a todo tipo de personas y convenciendo de que su papel sí dice algo que te puede interesar; nada más de pensar en el mareo que supone estar en pleno Moncloa con miles de personas pasando por delante de ti cada minutos me entra un mareo bastante 'indigno'. También los 'hombres-gratuitos' que entregan el Qué¡, Metro o ADN, todo el día soportando tirones; o los 'hombre-mimo' que, aunque no se mueven mucho (o no deberían) tiene que ser durísimo.
Lo que no entiende Gallardón es que la pobre china tiene que arrodillarse para vender calcetines por 5 euros el paquete; que el indigente tiene que sacar la mano para la limosna; que un periodista tiene que trabajar 25 horas al día para ganar menos que los 'hombre-anuncios'; que el que regenta una tienda tiene que poner rebajas agresivas porque de lo contrario no se come un colín; que la prostituta tiene que desnudarse cada vez por menos precio porque nadie tiene el arrojo suficiente para legalizar y regular algo que existe desde hace miles de años... y así podríamos seguir hasta el infinito.
Lo que resulta indigno es que el banco te cobre dinero por tú prestárselo; lo que resulta indigno es que la Coca-Cola cueste en un supermercado 0,33 céntimos y luego en un bar no baje de 1,30 euros; lo que resulta indigno es que un paquete de 4 cuchillas te cueste 15 euros o que las compresas estén tasadas con el mismo I.V.A. que un artículo de lujo. Y lo más indigno de todo es que un político 'limpie' las calles de esta manera, prohibiendo a la gente trabajar en lo que le dé la gana siempre y cuando no cometan ningún delito. El delito lo comete usted señor Gallardón, que con un suelo de político no escucha los verdaderos ruídos de la ciudad. Aunque eso es algo normal ya que su despacho debe estar bien insonorizado.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Totalmente cierto lo que dices. Me parece una salida de tono del alcalde y una medida que no tiene explicación lógica.
Por cierto, me alegro de que hayas vuelto al trabajo!

Álvaro Dorian Gray dijo...

No muevo no un punto ni una coma y suscribo con firma los últimos parrafos donde escribes lo que realmente es indigno...
Saludos y salud