¿Cuál es la peor parte de haberse convertido en un personaje público?
“Cuando puntualmente afecta a mi vida privada, cuando me arrebata cierta calma cuando más la necesito. Siempre atiendo a todos mis seguidores de la mejor forma que puedo.
¿Por qué cree que la gente se identifica tanto con las canciones de autor?
Componer canciones para las personas tiene un peligro, y es que luego hay que cantarlas… Recuerdo haberle oído que “El camino de regreso” se la escribió a la chica con la que estaba antes de casarse con Alicia. ¿Cómo se cantan esas canciones ahora que su corazón es de otra persona?
“No se deja de sentir nunca, se canta desde una perspectiva diferente. El caso de las canciones de amor no se siente, pero sí se cantan como una despedida, con un poso de nostalgia. No tanto por la destinataria sino por lo que fuimos, que siempre es bonito recordar. Se siente desde otra perspectiva pero difícilmente me he visto cantando algo que no sienta o que no me haga emocionarme, porque parte de mis obsesiones están en la memoria, la capacidad de recordar
Hay una canción que casi nunca canta: “La cita”. ¿De dónde surgió esta canción?
“La cita” surge de las citas que yo tenía con mis colegas, especialmente con uno que siempre decía que si no venía era porque habría pasado algo importante, una disculpa que inventaba porque jamás se producía nada. Siempre acudíamos a la cita, pero lo que quería decir la otra persona era “entenderán mi ausencia porque es de causa mayor”; que es lo que dice la canción. Y con ese juego surgió la idea de cómo el tiempo lo suele devorar todo. Muchas veces no elegimos distanciarnos de los amigos, pero la vida que llevamos nos desincroniza, y eso sí que es por el modelo de sociedad, por las reglas del mundo laboral. A todos nos pasa que cuando acabamos la carrera y empezamos a trabajar nos desincronizamos de los colegas, de la familia... La exigencia del trabajo está haciendo que perdamos cosas que eran fundamentales para el trabajador, desde el ocio, hasta quedar con los colegas. Porque el trabajo, apoyado por esa precariedad, que es una espada de Democles sobre nuestra cabeza, nos exige más tiempo y más dedicación y trabajamos sin reparar en las condiciones en las que lo estamos haciendo, porque solo el hecho de trabajar se convierte en un privilegio. Yo me enfrenté y por eso hice esta canción.
¿Ha perdido ya esa timidez que tanto le caracteriza y que a veces le hace pasarlo mal encima del escenario? ¿Siguen esos traicioneros nervios antes de cada concierto, o uno ya tiene tablas?
“Depende. Es rarísimo, siempre hay un nervio. Jamás me he enfrentado a un concierto en el que no haya tenido un mínimo de nervios, pero es raro, no sé de qué depende, pero hay conciertos en los que salgo nervioso pero me controlo, y otros donde salgo muy nervioso y me tiembla la voz en las primeras canciones. No sé a qué responde, pero eso sigue ocurriendo. Pese a que haya complicidad con el público, no quita para que en los primeros minutos te tiemblen un poco las piernas”.
Son ya muchos discos, muchas canciones… Sé que es difícil… pero ¿qué canción es básica en su repertorio, con cuál disfruta más?
“Es muy difícil elegir solo una canción porque cada canción representa una parte de mi vida, un momento vital que uno no puede prescindir. Hay canciones que me retratan muy bien, como “Ahora”, “Vértigo”, “El virus del miedo”. Retratan muy bien mi forma de ser. Mis canciones me definen bastante bien. Definen mi carácter, mis miedos, mis alegrías, mis tristezas. Es difícil, aunque haya canciones que sí que pueden servir para que alguien que no me conozca, al escucharlas, se haga una idea del tipo de persona que soy”.
En todo su repertorio ha compuesto canciones comprometidas con muchas causas… ¿Algún día escucharemos algo sobre ETA?
“Sí, yo creo que sí. Lo he dicho en alguna ocasión, que en ese sentido tengo que entonar un “mea culpa”, porque es un problema muy cercano que tenemos todos y del que me he visto incapaz de componer una canción. No porque no me emocione, porque he estado condenando la violencia en todos sus aspectos; recuerdo que cuando sucedió lo de Miguel Ángel Blanco, pese a yo estar empezando, estuve ahí.
Sí que me queda pendiente esa canción. Quizás, aunque esto suene ingenuo, no he querido componerla con la vana esperanza de que desaparezca este horror, con la idea de que el horizonte de resolución estaba cerca, pero parece que no, aunque yo creo que está más cerca de lo que muchos piensan. Esta violencia no tiene ningún sentido, es una animalada, una salvajada. Pero no te voy a contar milongas, entono el mea culpa.”
¿De qué forma ve la situación política actual que está viviendo nuestro país en los últimos años?
Me preocupa la crispación que tratan de manejar determinados sectores de la política de nuestro país, sobre todo en la derecha, para inocularnos el virus del miedo. A mí eso me parece algo terrible; cómo el miedo se instrumentaliza para sumirnos, no ya sólo en el letargo, sino sobre todo en la crispación. Me parece una irresponsabilidad absoluta que ciertos políticos manejen esa crispación, cuando además su función debería ser la contraria, distensir las tensiones entre la gente y buscar soluciones. El papel de estos políticos es como el papel de un pirómano metido a bombero. Yo creo que la gente está en otra cosa, y menos mal. La gente no responde como algunos profetas de la catástrofe quisieran, y eso hace ser más bien optimista.
Carlos F. e Ignacio G.
4 comentarios:
Qué te voy adecir. Me gusta mucho la entrevista. Gracias. Y, además, efectivamente muy profesional.
Amo tanto la vida, que de tí me enamoré...y ahora que la adolescencia es como un Septiembre lejano, sé que no estaré sola, porque encontré a mi PEQUEÑA CRIATURA..Suerte a los que siguen buscando..
Buen trabajo chicos: buena entrevista, buenas preguntas y buenas respuestas. Un abrazo
Gracias Jesús por tu comentario; anima que te animen, valga la redundancia... Un abrazo
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