18 diciembre, 2008

¿Qué es Bilderberg?

Pensar que somos libres; creer que tenemos potestad para elegir; sentir que tenemos voz y voto. Nada más lejos de la realidad. Establecido como un grupo privado, y celebrando una conferencia cada año, alrededor de 130 eminencias se reúnen puntualmente bajo una estricta confidencialidad las personas con mayor influencia económica, empresarial, política y académica de todo el mundo. Allí se habla del hoy y del mañana. Allí se toman las grandes decisiones. Allí se tejen las manilas con las que seremos danzados los ciudadanos según sus horizontes. Los errores o los aciertos que ellos cometan serán los que nosotros paguemos.

Se trata de una reunión galáctica con nombres galácticos. Desde Donald Rumsfeld (ex secretario de Defensa de los EE.UU) hasta Wolfowitz (ex presidente del Banco Mundial); desde el editor jefe de la revista Playboy, Hugh Marston, pasando por el millonario Rockefeller o el vice presidente del Banco Santander, Matías Rodríguez Inciarte. Coca-Cola, Heineken o Danone; Colin Powell o Bill Clinton. Representantes del Times o del New York Times. Asociados del caído Lehmann Brothers. Un sinfín de personalidades con un sinfín de intereses políticos y sociales que opinan y recaban información sobre las previsiones que tienen que acontecer. Banqueros, expertos en defensa, dueños de medios de comunicación, jefes de gobierno y de Estado, financieros, economistas... el abanico es amplio.

Desde España también han acudido, y acuden regularmente, nuestros representantes. La propia reina Sofía, (incluso una vez SM el Rey Juan Carlos); Esperanza Aguirre, Pedro Solbes, Trillo, Jesús de Polanco, Fraga, Pujol o Felipe González, entre otros muchos. En 1989 fuimos sede, La Toja, de la reunión del Grupo Bilderberg, concretamente en el mes de mayo.

La prensa está totalmente prohibida y poco o nada tiene trascendencia en los medios de comunicación. No existen filtraciones. Lo que se habla y lo que se decide dentro de la sala queda entre ellos. Lo cual tiene cierta lógica: si en dicha reunión se encuentran los grandes artífices mediáticos y políticos, las órdenes que reciben los medios de comunicación que ellos mismos controlan son claras: puro hermetismo. Lo que ya no es tan justo ni tan lógico es que muchos de ellos acudan a este tipo de reuniones privadas en virtud de cargos públicos que siguen ejerciendo en el momento de la reunión. Todo cargo público está sujeto a la transparencia: es una obligación del cargo.

El funcionamiento del Grupo Bilderberg se basa en círculos concéntricos. Existe un Comité Directivo, llamado Steering Comitte, integrado por 40 personas. Dicho Comité conforma cada año una lista de invitados en función del orden del día que se establezca, y además, cada miembro del Comité, invita a otras dos personas. Siempre procuran citar alrededor de 150 personas como máximo. La energía nuclear, la biotecnología, las guerras de Irak, el precio del petróleo... son temas a tratar en los que cada uno aporta información y puntos de vista. Tarea sana y enriquecedora puesto que no somete las decisiones trascendentes a los inereses individuales de aquellos que tienen el deber de asumirlas. El problema viene después. Una vez que finaliza la reunión, muchas personas (y muy influyentes) habrán tenido constancia de acciones que van a ser tomadas en un futuro inmediato o latente, lo cual les permite tener un gran margen de maniobra.

¿Qué sucede si en la reunión se dice o se decide subir el precio del petróleo de manera sustancial para obtener unos determinados rendimientos? - como por ejemplo frenar en seco el avance imparable de China (como ocurrió hace unos meses). La gran mayoría de cargos públicos, gobernantes y miembros gubernamentales, están relacionados directa o indirectamente con las grandes multinacionales, y eso les permite maniobrar en virtud de sus beneficios económicos, por ejemplo.

El Grupo Bilerberg nació en 1954 y fue fundado por Joseph Retinger, preocupado entonces por el crecimiento del antiamericanismo surgido en Europa Occidental y en pro de un mejor entendimiento cultural entre ambos continentes. Progresivamente se fue caminando hacia la creación de una política común entre EE.UU y Europa para frenar los avances del 'peligro' comunista. Y hoy, el Grupo Bilderberg se ha convertido en aquello que ha existido desde los tiempos del Imperio Romano: un grupo de la gran aristocracia que trata de conservar sus esferas económicas y de poder mediante acciones comunes que no perjudique a ninguno de sus exquisitos miembros.

Desde el punto de vista social y político me parece una iniciativa saludable, positiva y acertada. Una reunión en la que estén representadas todas las esferas de poder (económicas, políticas y sociales) hace que las posibles y presuntas decisiones que allí se tomen estén sometidas al beneficio de la mayoría, y eso recubre a este Grupo de un cierto revestimiento democrático. Pero cierta superficie se pudre cuando todo se hace secreto. El hermetismo genera sospecha; y cuando se trata de personalidades de tan altos vuelos, mucho más. A los ciudadanos nos gustaría ver allí a la reina, al presidente del Banco Santander o al director de El País, 'discutiendo' y dialogando sobre los planes de futuro. Nosotros somos parte de dicho futuro y tenemos derecho a conocer los puntos de vista que defienden unos y otros para no vivir engañados y para que, mañana, si no estamos de acuerdos con sus ideas de futuro votar en contra de la monarquía, ingresar nuestro dinero en el BBVA o comprar el periódico El Mundo.

Sin saberlo nosotros hemos creado ese Grupo Bilderberg y tienen el deber de contar con nosotros. Sus manos son las deciden sobre las nuestras. ¿Por qué reunirse de manera privada?


1 comentario:

Fernando Manero dijo...

ES un mundo paralelo al mundo de los problemas, de las inquietudes y las necesidades. Lugares opacos a la información, reservas ensimismadas donde la ética de los principios brilla por su ausencia, reductos de poder que especulan con la especulación. Para ellos el mundo real no existe, nadie habla de hambre, de miseria, de exclusión. Nada hacen por evitar las desigualdades y las catástrofes financieras. Has hecho muy bien en anunciarlo y denunciarlo.